sábado, 16 de enero de 2010

POSESION ( II )









-          ¡Que cojones ha pasado!

Hablaba solo, mientras iba a paso ligero, casi corriendo, para alejarme lo más rápidamente posible del cine.
Vi un taxi libre y lo pare.

-          Buenas noches,  a La Calle Predicadores, por favor.

El taxista inicio el trayecto, zambulléndose en el tráfico de la ciudad. Me intentó dar conversación, pero mi cara le disuadió al instante
Cuando llegué a casa, mi gato Némesis, me recibió con la alegría habitual. Fui directo al pequeño cuarto que hacia de estudio y me senté en el sillón a pensar sobre lo ocurrido.
Yo no era consciente de haber tocado a esa mujer, y sin embargo, recordaba que mi mano había estado apoyada en su muslo. No entendía nada.
Miré frente a mí. Tenía una librería que ocupaba toda la pared, donde los volúmenes se apilaban fuera de su espacio natural. Ya no cabían más. Mi vista se dirigió de forma inconsciente a un viejo libro, de tapas desgastadas por el uso y que había revisado montones de veces.
Su titulo, El Necronomicon
El más preciado de mi colección sobre ocultismo. Escrito en el siglo VIII en Damasco. Repleto de mitos y rituales para evocar seres diabólicos y monstruos

Mi negocio no marchaba muy bien, pero me permitía vivir. No eran buenos tiempos para una librería. Mi afición por los libros venia de muchos años atrás. Cuando tuve la oportunidad y el dinero suficiente para empezar, busque un local y la monte.  Después del accidente, cuando empezó mi interés por lo oculto, mi propio negocio sirvió para proveerme de los primeros libros sobre el tema. A través de un agente, pude empezar a encontrar libros raros y un día me ofreció la posibilidad de comprara esta joya.
Era una edición antigua, pero no se conocía su origen. Había pasado por varias manos hasta llegar a las mías, y venia acompañado de un legado de sangre, miedo y superstición.
Lo cogi con veneración y busqué entre sus paginas. Cada vez que lo tomaba, un escalofrío recorría mi cuerpo. Solo mi mano izquierda parecía encontrar una paz, que era imposible que sintiese, a su contacto. Era la sensación del encuentro entre dos seres complementarios.  Vi  dibujos de monstruosas figuras demoníacas. Incubos, súcubos, distintas representaciones de Satán y me detuve en una en la que se veía a Lucifer tomando posesión de un ser humano. Desde las épocas más remotas se creía que los malignos se adueñaban de personas de escasa voluntad, pasando a dominarlas completamente. Me fascinaban esas leyendas, aun a sabiendas de que eran  pocos los casos de posesión aceptados. La mayoría pertenecían a la superchería popular.

Mientras observaba las láminas dibujadas, en más de una  ocasión, me pareció que los seres representados  me seguían con la mirada mientras yo pasaba la página o buscaba en otra zona de la misma. Ojos sin vida, que inspiraban miedo.


A las 7,30, el sonido del despertador me hizo abrir los ojos con un sobresalto. No recordaba haberme acostado. Mi último recuerdo era estar leyendo el Necronomicon. Pensé que me había vencido el sueño y me fui a dormir sin ser consciente de que lo hacia.  
Como cada día. Preparé un café muy  cargado para desayunar y mientras tomaba una taza pensé que tenía bastante trabajo en la tienda. Había llegado una remesa de libros de una nueva editorial y tenia que inventariarlos, etiquetarlos y colocarlos. Por suerte tenia a María para ayudarme.

María fue una ayuda inestimable después del accidente. Mantuvo la tienda como si yo hubiese estado en unas cortas vacaciones.
Cuando llegué, ella ya había abierto y estaba empezando a desembalar los nuevos libros.
Aunque yo no la había mirado nunca como a una mujer, sino como a mi empleada, no por ello dejaba de reconocer que era muy atractiva. Tanto, que algunos clientes venían regularmente a comprar algún libro solo por el hecho de admirarla y conversar un poco con ella.

Decorada en madera,  toda la librería tenía un aire antiguo, sin serlo. Altas estanterías contenían miles de volúmenes. Era la única forma de aprovechar el espacio del reducido local. Había también un aseo y una trastienda con una pequeña mesa de  despacho,  y un sofá.
Una vez ordenados  los libros, y mientras Maria limpiaba el polvo del resto, pensé en alguna forma de no aburrirme. De un tiempo a esta parte, me rondaba por la cabeza hacer una prueba de la que me habían hablado, y que sonaba un tanto a risa pero me picaba la curiosidad.





Solo precisaba de un espejo y una vela. Espejo tenia en el aseo y velas también, por si alguna vez fallaba el fluido eléctrico.
Cogi una vela y me dirigí hacia el aseo, cerrándome por dentro.
Encendí la vela  y apagué la luz del aseo
La oscuridad era casi absoluta. La escasa luz que desprendía el pabilo me obligo a estar unos instantes esperando a que mis retinas se habituasen a la nueva situación y cuando lo hicieron, sitúe la vela bajo mi rostro y frente al espejo. Al  mirar al espejo vi mi cara deformada por la acción de la luz en ese ángulo.
Me costó un poco mas darme cuenta de la figura que se empezaba a mover  tras de mi. Era como una sombra. Una figura humana pero sin rostro definido, salvo por sus ojos. Sobre la negrura de la oscuridad destacaban unos ojos, sin pupilas  e inyectados en sangre
Mi susto fue tal que, sin querer, tire la vela al suelo y se apago. Empecé a notar un sudor frío recorriendo mi espalda Muy nervioso, busqué el interruptor, pero mis torpes manos parecían no querer encontrarlo.
Cuando di con el y encendí la luz, en el aseo no había nadie mas que yo.
Me incline para recoger la vela del suelo y al incorporarme lo vi

En el espejo había un mensaje:  VENDRAS CONMIGO

Intente borrarlo pero era imposible. Estaba escrito desde el interior.
Yo estaba muy nervioso, al borde de un ataque de ansiedad y quería salir de allí, pero  no podía dejar escrito aquello, así que opté por descolgar el espejo y golpearlo contra el lavabo.
Salto hecho  añicos y me hice un corte en  mi mano derecha.
María vino corriendo al oír el ruido y me preguntó si estaba bien. Abrí la puerta y le conteste que si,  que se había roto el espejo y me había cortado. La herida era superficial pero sangraba bastante. Fue corriendo a por el botiquín y me curo. Note que lo hacia con un mimo especial, sonriéndome y hablando constantemente. Cuando estabas con ella, era difícil conseguir que dejase de hablar, pero eso formaba parte de su encantadora forma de ser  Apenas habíamos tenido nunca un contacto físico, y a pesar de lo que me acababa de ocurrir, me gustó
Con la mano vendada y sin dejar de pensar en lo que había ocurrido. María se ofreció a llevarme a casa, ya que yo no solía coger el coche para ir al trabajo.  Acepte su propuesta y después de cerrar la tienda, fuimos hacia su coche.
Era un utilitario de pequeño tamaño.  Arranco y se dirigió hacia mi casa. Ella, a pesar de que el tráfico estaba difícil, no paraba de hablar, hasta que llegamos a un semáforo donde de repente se quedo callada. Me volví hacia ella y la vi mirando hacia delante y con una expresión de querer decir algo.
Le pregunté

-          ¿Le ocurre algo María?

A la vez que le hacia la pregunta, vi el motivo de su silencio

-          ¡Joder!  Esto no me puede volver a pasar

Mi mano izquierda estaba apoyada en su pierna, pero esta vez no se había retirado. Tuve que hacer un esfuerzo de voluntad para quitarla.
Me deshice en disculpas y ella las aceptó, pero ya no siguió hablando como antes.

Llegamos a la puerta de mi casa y le ofrecí un café. Al principio declinó la invitación, pero después de insistir otra vez, aceptó.

Al entrar en casa había recuperado su tono habitual.
Me sorprendió que Némesis no hubiese salido a recibirnos, pero era muy suyo y no le gustaban las visitas. Estaría escondido
Me dispuse a preparar el café, pero mi mano vendada no me facilitaba las cosas, así que se ofreció a ayudarme. Mientras lo preparaba, vi una sonrisa en su cara que no entendía muy bien.
Estando apoyado en la encimera de la cocina para coger las tazas de un armario, ella se acercó por detrás, me cogio por la cintura y me beso en el cuello. Yo me quede paralizado de momento. Me volví y el beso pasó a mi boca.
Había interpretado el gesto de mi mano en su pierna como una invitación a algo más que un café.
Me pregunto que donde estaba la habitación. La lleve hasta allí y nada mas llegar, con un pequeño empujón me tiro sobre la cama. Se desnudó sin prisa delante de mi, mientras yo la observaba y empezaba a tener una erección. Cuando estuvo desnuda se acerco como una gata, y sin dejarme mover, empezó a desnudarme a mi.
Le costo poco hacerlo, y menos todavía seguir recorriendo mi cuerpo con sus manos y su lengua. Sin muchos preámbulos, se sentó encima de mi y empezó a cabalgar sobre mis caderas, sujetando mis brazos contra la cama. En pocos minutos, habíamos terminado, los dos. Me sentí un poco “muñeco hinchable”, pero me gustó.
María se levanto para ir al baño, mientras yo me quede en la cama recuperando la respiración, con los ojos cerrados.
Los abrí al escuchar su grito. Me incorporé de un salto y fui corriendo al baño a ver que había ocurrido.
La encontré en la puerta, sollozando.
El cuarto de baño tenía las paredes llenas de manchas de sangre. Némesis, era un amasijo sanguinolento, colgado del techo, que golpeo la cara de María al entrar en el.
En el espejo había un mensaje escrito también con su sangre.

VENDRAS CONMIGO

………………………….

 Continuara 
H. Chinaski


Fotografias tomadas de Photobucket






14 comentarios:

Escribir es seducir dijo...

INCREIBLE AMIGO CHINASKI EL VUELCO QUE TOMO LA HISTORIA,MUY ORIGINAL Y ATRAPANTE VOY CAPTANDO LA ONDA Y AHORA ESTOY MAS ENGANCHADA QUE ANTESSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ASI QUE POR FAVOR NO NOS DEJE MUCHOS DIAS ESPERANDO SI FINALMENTE SE VA CON EL O VENCE ESA BARRERA....
COMO SIEMPRE MIS FELICITACIONES

SALUDOS DESDE BAIRES

Alís dijo...

Chinaski, me tienes totalmente enganchada y sugestionada.
Soy una noctámbula impenitente. Pues bien, a mitad de tu relato sentí la necesidad de apartar el teclado y posar mi cabeza en mis brazos cruzados sobre la mesa. Lo último que recuerdo es como si me apartase de mi cuerpo. Media hora después desperté como si nada y seguí leyendo.
Te cuento también que compré un anillo (1,5 euros) con una piedra grande que cambia de color, según dicen según el estado de ánimo. Lo he visto amarillo, verde, violeta... pero casi siempre está azul, que es el color de estar tranquilo, feliz. Cuando acabé de leer este capítulo la piedra tenía un color negro azabache...
No nos hagas esperar mucho por el próximo capítulo.
Besos

© Capri dijo...

Puedo sacar diferentes conclusiones al leerte. Dado que tienes la cualidad de sorprenderme en cada post, sigo a la exceptativa de la próxima entrega de "Posesión".
Como te comenté en alguna ocasión suelo leerte una o dos vece antes de comentarte.
Me llamó la atención a tu referencia sobre el libro que coje tu prota Ya que Necro es un prefijo que significa muerte , y busque alguna referencia sobre el mismo.

Según H.P. Lovecraft, el Necronomicón es un libro de saberes arcanos y magia ritual cuya lectura provoca la locura y la muerte. Pueden hallarse en él fórmulas olvidadas que permiten contactar con unas entidades sobrenaturales de un inmenso poder, los Antiguos, y despertarlas de su letargo para que se apoderen del mundo, que ya una vez fue suyo.

Al leer esta cita, comienzo a sacar alguna conclusión, aunque puede ser errada y por eso me reservo mis ideas.

Siempre en tu línea logras captar la intriga en cada post. Tienes un don especial para ello.

Esperaré pues a que decidas deleitarnos con el siguiente capitulo.

Mientras te dejo un montón de plas, plas.

Ah la ilustración es muy buena por cierto.

Un beso.

H. Chinaski dijo...

Escribir es seducir

Querida Luluziña, gracias por sus palabras. Me alegra que le guste la historia.
Una vez mas intentare no defraudar

Saludos desde Zaragoza

H. Chinaski dijo...

Alis
Es una historia interesante la que me cuentas. Quizas necesitabas recargar la pila un poco.
Lo de la piedra también es curioso. Desconozco el principio que le hace cambiar de color, pero he leído que el negro indica mucho estrés. ¿Estabas estresada?.

Besos y gracias

H. Chinaski dijo...

Capri
No vas desencaminada.
El Necronomicon es una pieza importante en esta historia. Incluso en el ocultismo hay libros malditos, y este es uno de ellos, quizás el que mas.
Pero recuerda, querida amiga, que una vez mas nada es lo que parece. Los protagonistas principales son cuatro y todos han salido a escena.
:P

Un beso

H. Chinaski dijo...

Capri
Me gustaria conocer, al final de la historia, si tus conclusiones actuales han coincidido con la siniestra mente del autor.

Gracias y un beso

Silencios dijo...

Con está lecturas me dejas aún más impresionada, y completamente hipnotizada.
He sentido algo entre el miedo y la angustia
Las imágenes son magnificas.
Tienes una pluma exquisita dando continuidad a los textos

Mis felicitaciones H.

Mil besos

Anónimo dijo...

Intenso y muy bueno. Te lo aplaudo.

Un placer leerte.
Saludos.

Mágicas Noches dijo...

Es un relato muy siniestro. No sé porque me acabo de ver tumbada en una camilla dentro de un quirófano y con los ojos cerrados visualizaba cada paso que tú dabas ChinasKi

Excelente relato me gusta tu prisma y la mía
¿sigues?

Besos de susurros

Rochies dijo...

coincido con SILENCIOS y su pluma especial.
que linda sorpresa se llevó con María. Menos mal que nos descontractura un rato con el relato de esa escena ;) porque por el resto j'ai besoun d'un the ou encore plus ...

Rochies dijo...

BESOUN = BESOIN

Shinta dijo...

Entrañable Chinaski,
disculpas por no comentar tan sugerente escrito a su debido tiempo. Entre coment y coment olvido al final lo políticamente correcto.

...Donde está su dulce mujercita?
Acaso haciendo un pacto con el diablo?

Anónimo dijo...

bien narrado, otra vez, fluido sucio. vivo.