domingo, 6 de diciembre de 2009

EL INFLUJO DEL RIN I


Llevaba tres meses siguiéndola y no había obtenido resultados positivos.

En, realidad, los resultados de la investigación, no estaban siendo los que habían motivado su contratación.

Su marido estaba convencido de que tenía un amante y quería pruebas para presentar la solicitud de divorcio.


- El dinero no va a ser un problema


Le dijo cuando lo fue a visitar y le advirtió de que no iba a ser barato.

A sus cuarenta años era una institución en al campo de los investigadores privados. Se había ganado una merecida fama, a base de éxitos en casos en los que otros habían cosechado fracasos. Tenía un sexto sentido para intuir cuando las cosas eran lo que parecían o no. Normalmente no le fallaba.

Su vida privada, no resistió la dedicación que requiere un trabajo de ese tipo y pagó las consecuencias. Se separó de su mujer, mejor dicho, ella de él, queriéndola más que cuando se casaron, a pesar del deterioro de su matrimonio con el paso de los años. No tenían hijos y cometió el error de ponerlo entre la espada y la pared.


- O tu trabajo, o yo


Ganó su trabajo. Era su vida. Era muy bueno en lo que hacía y no sabía hacer otra cosa. Sabía que si hubiese aceptado, el final hubiese sido el mismo, pero unos meses más tarde.


No tenían problemas económicos. El patrimonio familiar de ella les hubiera permitido vivir sin trabajar, pero él jamás quiso eso.

La única concesión que se permitió en ese sentido fue el regalo que ella le hizo, cuando llevaban diez años de casados.

Sabía que le apasionaban los automóviles y le regaló un Maserati Quattroporte, un vehículo que alcanzaba casi los 300 km/h y con el que daba rienda suelta a sus, cada vez mas frecuentes, necesidades de quemar adrenalina.



El taxista sorteó el tráfico para dirigirse hacia el aeropuerto lo más rápido posible. Llegó con el tiempo justo para poder embarcar en el vuelo de Lufthansa hacia Düsseldorf, que salía a las 17 horas.




El marido le avisó, prácticamente sin tiempo, del inesperado viaje de su mujer. Tenía que seguirla, fuese donde fuese.


El vuelo, fue una odisea. En dos ocasiones, dio la sensación de que se paraban los motores del avión. Fueron dos horas interminables y el aterrizaje la culminación de un viaje insufrible.


Ya había estado varias veces en Alemania y siempre me encontraba con los mismos problemas. Yo no hablaba ni alemán ni inglés, por lo que era una aventura continua desde que pisaba suelo germano.

El aeropuerto de Düsseldorf tiene un tamaño muy respetable, y había que recorrer un buen trecho hasta llegar a la zona de recogida de equipaje. Aligeré el paso y con la maleta en mi mano, me dirigí hacia la salida.

Recordé la anarquía que se producía en la zona de taxis. La primera vez que estuve, intenté ser educado y respetar mi turno hasta que viniese el taxi que me correspondía. Quince minutos y quince taxis más tarde, decidí que allí imperaba la ley del más fuerte, visto el comportamiento de los viajeros, que indefectiblemente se lanzaban hacia el vehículo, antes de que este hubiese parado, haciendo caso omiso de las protestas de los que ingenuamente, pesaban que les correspondía.

En esta ocasión actué en consecuencia, sin pararme a comprobar si alguien había puesto orden allí.

El taxista entendió mi escueta conversación en la que le mencioné dos palabras Hotel Hilton.


En anteriores ocasiones había elegido el Swiss Hotel. Me gustaba por que estaba algo alejado de la ciudad, a la orilla del Rin, y ofrecía tranquilidad y discreción.

Ahora no había podido elegir. Las instrucciones del marido eran claras. Se alojará en el Hotel Hilton, encontrará en recepción un sobre conteniendo los detalles del viaje.


El taxi llegó a la puerta del hotel y un diligente botones se acercó a recoger la maleta. Me acerqué al mostrador de recepción e intenté hacerme entender en español y en francés, pero fue inútil. Ninguno de los empleados sabían ni palabra de esos idiomas. Cuando ya empezaba a ponerme nervioso y a mascullar que era impresentable que en un hotel de esa categoría no conociesen ninguna de las dos lenguas, una preciosa voz femenina dijo a mis espaldas


- Si lo desea, puedo ayudarle


Me giré y vi a una preciosa mujer de unos treinta años, rubia, con unos preciosos ojos azules y vestida con un impecable Chanel.

Había visto esa cara otras veces en los últimos meses

Casi me desmayo cuando vi que el objetivo de mi viaje, me estaba ofreciendo su ayuda……………


Continuará


H. Chinaski

17 comentarios:

 Mayte dijo...

Es mira, los investigadores siempre son los más sobornados del mundo :P a ver si éste hombre es precavido y no se deja tentar enredandose en un laberinto dificil de salir.

Un bikiño y bonito fin de domingo.

/ dijo...

Woow!!! Adoro los relatos de investigadores! Y este comenzó muy, pero muy bien! Me encantan los detalles que das, una jugosa descripción, hasta el detalle del Chanel.
Carlos, please!! No te tomes todo el tiempo del mundo para la segunda parte, jajajajaja!!!!!!

Un abrazo gigante y buen lunes!

Anónimo dijo...

los invewstigadores son la esperanza de la buena litaratura comercial.

H. Chinaski dijo...

Mayte
Desonozco el índice de sobornos de los investigadores. Poco o mucho, todos somos sobornados e intentamos sobornar.
En la precaución no te puedo complacer, sino, no hay historia.
Ya lo irás viendo :P

Un beso y te deseo buena semana

H. Chinaski dijo...

Mayte

Descuido imperdonable

Muchas gracias ;)

Más besos

H. Chinaski dijo...

Stanley

Gracias, intentaré complacerte

Otro abrazo para ti y a ver con que nos sorprendes este lunes

H. Chinaski dijo...

jordim

Pues no tengo ni idea

Es posible ya que es un gremio que puede dar mucho juego

Gracias por venir

Dedicatorias dijo...

Una idea es valida el timepo que es alimentada con dinero.

Besos de Fresa y Nata.

/ dijo...

Gracias por visitarme, querido amigo!

Lamentablemente nosotros tenemos sonrisa de lunes, aquí no hay puente.

UN GRAN ABRAZO Y A SEGUIR DESCANSANDO!

© Capri dijo...

Un buen relato que descubre que habrá al menos una segunda parte.

Mi oponión es que cuando uno contrata a un investigador, por asuntos de infidelidad, es que no quiere a la persona que comparte su vida, si no que lo unico que le importa es su dinero.

Creo que prima el egoismo, si sospechas habla , aclara las cosas y dejate de detectives que no van a arreglar nada, solo darte pruebas para ir en su contra.

Veo que has arreglado el problema de los comentarios . me refiero a verlos mejor . te felicito.

yo sigo buscando.

Feliz lunes

H. Chinaski dijo...

Dedicatorias

Seguro que tienes razón

Un dulce beso

H. Chinaski dijo...

Stanley

Visitarte siempre es un placer
Gracias a ti por venir

Seguro que habrá ocasiones en que sea al contrario y mientras nosotros tengamos un lunes negro, el vuestro sea festivo

Un fuerte abrazo y buena semana querido amigo

H. Chinaski dijo...

Capri

Es cierto lo que dices, el camino más corto siempre es la línea recta, pero a veces hay obstáculos difíciles de salvar cuando la confianza se pone en entredicho.

El investigador, en el relato al menos, solo va a confirmar o no las sospechas.

Los comentarios se ven un poco mejor por que he cambiado el fondo de la pantalla. La plantilla es una de las estandar de Blogger.
Pero sigo sin entender ni lo que ha ocurrido ni por qué

Besos

Rochies dijo...

Amigo, por momentos ud es el detective, por momentos la narración pasa a tercera.
Ya perfila por demás apasionante, y espero no tener que molestarlo recurririendo a sus aclaraciones como la última vez ;)
Beso

Shinta dijo...

Querido Chin, después de este tranquilo fin de semana, decirte que ya estás corriendo en poner la segunda parte.

Yo, si fuera la rubia, se iba a enterar ese de lo que vale un peine.

Petons

Escribir es seducir dijo...

NOOOOOOOOOOO!!!!!!!!! PORQUE ESA CRUELDAD DE CORTAR EN LA MEJOR PARTE JAJAJAJAJA PINTA SER UNA HISTORIA ATRAPANTE DONDE EL AMOR, LA PASION Y EL DINERO SE MEZCLAN PARA HACER EL COCTEL PERFECTO.

ESTOY A LA ESPERA DE LA CONTINUACION NO SE HAGA ROGAR CHINASKI

Gara dijo...

Una historia q promete, desde el principio atrapa e intriga.

Voy a por la continuacion.

Besitos